martes, 11 de noviembre de 2008

Ruido

Un ruido indescriptible de caducas pasiones
agonizantes estrellándose contra el suelo
anuncia la llegada del otoño al alma,
un estruendo sólo comparable al que forma
la algarabía de los corazones perennes,
sonidos mundanos y compabiles,
sonidos que actúan como ácido en mí,
melodías enloquecedoras,
de las de bailar en soledad,
aun así deben haberos ensordecido,
no entiendo la impasibilidad de vuestros rostros,
no sé cómo no danzáis hasta caer exhaustos,
si no os apresuráis se irán,
como todo se va cuando no se aferra
como si en ello nos fuera la vida,
se irá la banda sonora de vuestra existencia,
o quizás se transforme en el compas que os guiará a la muerte,
en todo caso parece no importaros,
yo por mi parte seré la nota perdida,
el desafino aliento,
desacompasado bailarín
de ese vals monótono de la vida,
ritmo indescifrable y sobrante en
la partitura del día a día,
pero nunca indiferente,
expectante,
atento,
tarareando la cancion que no
queréis escuchar,
mi canción.

Kutxi Romero Lorente, Ruidografias

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